Otra característica de los polígonos cóncavos es que siempre tienen dos o más vértices que, vinculados por un segmento, éste intersecará al menos uno de los lados de la figura.
Debido a estas propiedades, los triángulos (que son polígonos que tienen tres lados) nunca pueden ser cóncavos ya que sus ángulos interiores no superan nunca los pi radianes o los 180°
El ejemplo más frecuente de los polígonos cóncavos son los polígonos estrellados, que tienen forma de estrella. Como se puede confirmar al analizar esta clase de polígonos, tienen al menos un ángulo interno con más de 180° y una diagonal exterior.
Cuando estas propiedades no se cumplen y las figuras no pueden ser clasificadas dentro del grupo de los polígonos cóncavos, ingresan en el conjunto de los polígonos convexos.
Por oposición a los polígonos cóncavos, por lo tanto, se puede definir a los polígonos convexos como aquellos con ángulos internos que no miden más de 180° o pi radianes y con diagonales que siempre son interiores.
Debido a estas propiedades, los triángulos (que son polígonos que tienen tres lados) nunca pueden ser cóncavos ya que sus ángulos interiores no superan nunca los pi radianes o los 180°
El ejemplo más frecuente de los polígonos cóncavos son los polígonos estrellados, que tienen forma de estrella. Como se puede confirmar al analizar esta clase de polígonos, tienen al menos un ángulo interno con más de 180° y una diagonal exterior.
Cuando estas propiedades no se cumplen y las figuras no pueden ser clasificadas dentro del grupo de los polígonos cóncavos, ingresan en el conjunto de los polígonos convexos.
Por oposición a los polígonos cóncavos, por lo tanto, se puede definir a los polígonos convexos como aquellos con ángulos internos que no miden más de 180° o pi radianes y con diagonales que siempre son interiores.
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